miércoles, 10 de septiembre de 2014

Llampugas con los equipos de Rockfishing

Pocas veces tiene uno la ocasión de disfrutar de una jornada de topwater como la del pasado fin de semana. En los spots que frecuento es raro ver ataques de este tipo, por lo que generalmente siempre dejo los paseantes y poppers en la caja sin mojar.  Pero el pasado fin de semana Fran y Eloy me invitaron a una jornada matinal en la barca de Fran. Durante la semana pasada habian tocado llampugas de buen porte, como corresponde a la época del año en la que estamos. Como es lógico ni me lo pensé, y sobre las 6 de la mañana ya estabamos en puerto preparando la embarcación. Cañas ligeras y carretes de pequeño tamaño, y un par de equipos de mosca para osados que querian pescar los diablos verdes con streamers y poppers.

El mar estaba plato, ausencia de olas, y al llegar vemos ataques de jureles, por lo que montamos vinilos y entre Eloy y yo pinchamos dos pares en poco tiempo. Pero la idea no era ir a por jureles, así que atentos a los alrededores divisamos un par de buenos ataques en superfície. Nos trasladamos a la zona, y lanzamos con el vinilo todavía montado. Eloy pincha su primera llampuga y me quedo boquiabierto  con la potencia de esa especie. Un par de carrerones le sacan unos buenos metros a su carrete, pero consigue frenarla y ponerla en seco. Un pez de buen tamaño y preciosos colores, y que aunque resbala un poco, se deja fotografiar muy bien.

Yo sigo con el vinilo y Fran probando los poppers a mosca. Picada para mí, pero la asuencia de grandes carreras me hacen pensar lo peor, otro jurel. Por lo que mis compañeros me recomiendan pasar al minipopper que tenia aparcado en mi caja de señuelos. Mientras tanto, Fran se cansa de la mosca y monta también otro minipopper. Nos ponemos los dos a salpicar un poco de agua, cuando veo un lomo que se acerca a mi señuelo, lo adelanta por la derecha y hace un pequeño quiebro, le da un toque, y me quedo paralizado. En la vida había visto un ataque en superficie de esa manera a esa velocidad, clavo demasiado tarde, muy tarde (los compis se rien hasta de mi torpeza) y la pieza se va.

Pero el que la sigue la consigue, y no desisto en mi empeño. De mientras, Fran captura otra con su minipopper, de buen tamaño también y que le exige trabajo en su carrete tamaño 3000. Si esos bichos hacen trabajar tanto los frenos de los carretes de mis compañeros, ¿que no le haran al mi pobre Shimano Catana 1000? Tengo ganas de comprobarlo, y no tardo en clavar mi primera llampuga a superficie: espectacular el ataque, me tiemblan un pelín las piernas, no quiero apretar mucho el freno para que no me parta el bajo, un 0,24 ligado al trenzado de 3 lb, y cuando el bicho se acerca al barco....fiiiiiiiiiiiiiiisssssssss, el carrete chilla como nunca lo había oido. Apreto pero no mucho, y otro carrerón. Así que no me queda otra que apretar casi del todo y acercar la pieza, que venia mal clavada, pero la consigo poner en seco. Qué disfrute, que bonito ejemplar con tonos verdosos y dorados y que se deja posar perfectamente para que la cámara capture ese momento.



Seguimos al lío, y ante el leve frenesí que hay en la zona, Eloy decide ponerse con el equipo de  mosca y mojar alguno de sus poppers de fabricación casera, y zascaaaa!!! consigue capturar una, pero que al llevar montado un bajo del 0,17 a la llampuga le cuesta bien poco partirlo y escapar. Lástima, hubiera sido espectacular poder ver la pelea con ese tipo de equipo. Así que seguimos con los equipos ligeros con poppers y paseantes. La actividad es buena aunque tampoco es un gran banco, unas quince piezas a lo sumo. Por mi parte, consigo clavar dos más, pero que se me escapan al saltar éstas dos palmos por encima de la superficie y conseguir librarse del señuelo. Pero a la tercera va la vencida, y otra vez pongo el equipo al límite. Dios como me gusta el sonido de las carreras en el carrete, puro vicio, tensión al límite, y mi segunda captura a mi parte de especies particular.


Al final todo se calma, y pasamos a saludar a unos amigos que estaban por la zona: Sergio y su padre, y los amigos de Tas Lures (Alex y Tomás) que estaban teniendo éxito con sus bucktails, capturando una llampuga desde cada embarcación. Pero eran ya pasadas las 10h y las llampugas estaban raramente inactivas. Estuvimos probando topwater, vinilos, bucktails, y nada de nada. Si bien Fran y Eloy me comentaban que lo raro es que las hubieramos capturado tan pronto, ya que acostumbran a “desayunar” más tarde,. Así que como decía aquel: una retirada a tiempo es una victoria y hay que saber cuando dejarlo, y una hora más tarde regresabamos a puerto, mis compañeros como si de otra jornada de pesca habitual se tratara, pero yo con el recuerdo de esas dos capturas, del carrete chillando, y ansioso por volver a salir otra jornada a capturar esta especie tan hermosa con equipos ligeros.

Publicación: Jayme Burgos
Fotos Jayme Burgos, Eloy Muriana